lunes, 16 de febrero de 2009

.:: El Empleado ::.

Fotografía: BioPuritas. Photobucket



Cs, 12 de Junio de 2006.

Aula 3-2. Contabilidad 1.
El profesor, el profesor siempre es el profesor, la gente suele olvidar su nombre y se convierte éste, en el profesor. Juan Sebastián Santander, el profesor de la clase, mientras explicaba el uso de los distintos tipos de cuenta, caja, bancos, efectos por cobrar mercancía en inventario, mercancía en tránsito, producto en proceso, suministro, cuentas por pagar; se detiene a mirar la punta del marcador con el que anota en pizarra las cosas que para el son absolutamente notorias, evidentes, y las repite, y las repite otra vez y sin son ni ton. Con el típico gesto de quien maquina, cerró sus ojos sólo un poco y preguntó: ¿Alguien sabe cuál es la noticia del día? (…) La mitad de la clase no sabía del suceso del día: Secuestradores habían matado a una joven de un tiro en la nuca, la policía local la encontró enterrada a orillas de una carretera diez días después de que su padre, un coronel del ejercito, cancelara un monto de quinientos millones de bolívares.


Inevitablemente esto opacaría terriblemente la explicatoria del balance general, léanse de la página 39 a la 49 para el día miércoles. Investiguen señores…
¡Aprendan!

Pasillo.
8:45 p.m.
Estos escalones son los escalones más cortos de la ciudad, es un problema cruzar la calle.

8:50
Mall. (Limpiando el piso)

- Señor… ¡disculpe! (letal manía femenina).
¿Es ese el ascensor que debo tomar para llegar al piso de la farmacia?
- Seh…
- ¡Gracias!
- Pero la farmacia ya cerró mija.
- Ah… ya veo... ¿no sabe usted de alguna farmacia cercana?
- Noh.
- ¡Gracias!

9:00 p.m.
Autobús.

Capítulo VI Nueva fantasía de un desocupado.
Plac! -Sonó el libro al cerrase-
En la…
¡Plas!, En plena ciudad de la furia una señora da una palmada para detener el autobús y sale otra a continuación:
¡Mayor glamour!


¿Tú crees que esto es San Cristóbal? Habráse visto…

La señora de la palmada y yo nos bajamos del autobús en la misma parada, la señora no me importó más y el suceso lo olvidé en los segundos que me tomó cruzar la calle,
Un hombre se me queda mirando, pero lo olvidé apenas estaba en la puerta de la farmacia.

Pasillo uno. No, hoy no voy a comprar maquillajes ni toallas sanitarias, pasillo siete,
Cada mililitro (20 gotas aprox.) contiene:
Dextrometorfano HBr……………………………4mg.
Ciclamato de Sodio………………………………20mg.
Vehículo Hidroglicérico c.s.p……………………1ml.

Indicaciones: Calmante de la tos
2 a 3 gotas por kilogramo de peso.

¿Chocolate? ¡Qué importa!

¡Siguiente!

Después de todos estos sucesos ridículos de una noche cualquiera, ahí estaba el empleado, es como una mancha y nunca se borra. Su nombre siempre esta visible, ya nos hemos visto tantas veces que podría bien llamarlo yo por su nombre.

- ¿Cuchara para el helado?
- Sí.
Esa fue mi amplia respuesta, estaba ahí parada frente a él, sin poder levantar la mirada, soy muy respetuosa, alguien me dijo que los elefantes no se escapan de adultos por haberse acostumbrado al cautiverio de pequeños, entonces luego no hacen el menor esfuerzo por safarse de la cuerda asida a un palo que clavan con la mano en suave tierra, tal cual actuaban mis ojos, no podían levantarse acostumbrados a que no deben, yo sabía que la transacción sería muy corta.

21:17:29’’. (Tardé 17 minutos en buscar un buen jarabe para la tos)
- Son 10.675.
- Tenga.
Me hubiese gustado sacar de la nada un café francés con un garçon incorporado que nos preguntase cómo tomaríamos nuestro capuchino, y empezar a saber en ese momento que había más allá del visible nombre. Por supuesto habían un par de ojos claros, unas manos, la mirada que quiere decir algo más, creo que él constantemente espera por un reclamo o algo así que le permita interactuar con la gente o por qué no, conmigo, igual no tuve fuerza para alzar la mirada.
(La luna llena sobre París…)
-Gracias por su compra que tenga buenas noches.

Mi sonrisa se vio muy forzada, no se siquiera si llegó a dibujarse, me hubiese sentido muy culpable si hubiese sido así, pero ya lo había olvidado al cruzar la calle, cuando recordé la misma pregunta:



Recordé que también había comprado un helado, tenía algo de hambre, sólo luego de desatar el nudo de la bolsa que noté que tenía la banda de seguridad sólo en una de sus orejas.


- ¿Cuchara para el helado?

Luego de recordar la pregunta del empleado, traté a ciegas de alcanzar la mencionada cuchara, me di cuenta de que habían dos, ahí fue donde comenzó el diálogo interno:

¿Dos cucharas? ¿Qué es esto? -Casi con indignación por una parte, pero casi complacida por otra-, era el simbolismo universal.
- Veamos cada cuantas personas este empleado ofrecerá una simple cuchara, cada una o dos,
- Con todo el tiempo que tengo viéndolo ahí no deben surgir ese tipo de equivocaciones…

Supe que sólo mucho tiempo me daría la respuesta acerca de esto, este empleado, este señor que viste toda su gracia ahí paradote, ¿se ha percatado de mi existencia de alguna u otra manera? Resumí que era una precaución plana, se le dan dos cucharas al cliente porque son de mala calidad, una de las cucharas se puede romper, no más. Sólo es alguien que hace su trabajo.
A mitad del camino ya esperaba con ansias el dulce que se esconde al final de estos helados ahí, desesperadamente tratando de sacarlo,
¡Crack!
Se rompió la cuchara y pude tomar la otra que estaba en el fondo de la bolsa.

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